Aquí, la gran diferencia es, que nuestro equipaje somos nosotros mismos: nuestro cerebro, nuestros pulmones, nuestro corazón, etc...y todo ello es de suma importancia, camina con nosotros en todo momento y su estado de vitalidad o deterioro depende de tí.
Empezamos el camino cada uno con sus circunstancias, más o menos edad, sobresaltos y alegrías que ha dado la vida, múltiples estímulos de todo tipo y condición, que nos han moldeado física y psíquicamente.
Ahora se trata de iniciar una nueva andadura, con fe en lo que vamos a conseguir, constancia y paciencia y con total seguridad, si somos fieles a estos principios, conseguiremos todo lo que nos propongamos.
Tranquilamente, hablamos con nuestro cuerpo, le damos ánimos y nos ponemos manos a la obra.
Siguiendo con el símil del viaje, hace falta combustible, es decir aire, lo más puro posible y alimentos, los más sanos y equilibrados.
RESPIRACIÓN Y ALIMENTACIÓN, y seguiremos este orden.
Es muy bonita la imagen del barco navegando con el símil de nuestras propias vidas.
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